CONCLUSIÓN

A modo de conclusión, la sociedad actual está cada vez más ligada a la ciencia y la tecnología. La vida moderna requiere cada vez más de aportes tecnológicos, sustentados en las ciencias exactas y naturales. En efecto, toda actividad individual, familiar, regional o nacional se desarrolla vinculada a la tecnología: la vivienda, la alimentación, la salud, la provisión de energía, el saneamiento ambiental, la producción agropecuaria, la industria y las telecomunicaciones, la informática y todo tipo de servicios que demanda la sociedad contemporánea, son factibles gracias a los conocimientos generados en las ciencias básicas y aplicados por nuevas tecnologías. 
Es necesario, por lo tanto, formar a la actual generación en el marco de un nuevo paradigma en el cual la educación científica constituya uno de los ejes principales; pues solo ésta asegura que los futuros ciudadanos sean capaces de interpretar eventos naturales e insertarse en un mundo cada vez más tecnificado, y a la vez analizar los fenómenos sociales con objetividad y racionalidad.
 
 En el docente recae una gran responsabilidad ya que es un elemento medular en este proceso, pues tiene la obligación de que todos sus alumnos logren los propósitos educativos. La función del docente se concreta en un compromiso ético que sería el detonante de un conjunto de procesos de cambio, en congruencia con las demandas sociales y con las necesidades de los estudiantes. 

“No podemos enseñara nada a nadie. Tan sólo podemos ayudar a que descubran por si mismos”
Galileo Galilei

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