martes, 20 de octubre de 2015

Presentación

UNIVERSIDAD ESTATAL A DISTANCIA
ESCUELA DE CIENCIAS EXACTAS Y NATURALES 
CÁTEDRA DE LA ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS NATURALES 

TRABAJO COLABORATIVO 2
SEMINARIO DE EDUCACIÓN CIENTÍFICA (3178)
LA INVESTIGACION Y EL TRABAJO EXPERIMENTAL EN COSTA RICA

Grupo F


Integrantes 

Jesús Garro Umaña


Arturo Gutierrez Pizarro 

Emiliano Murillo Murillo

Kembly Rosales Lawson
  imagen tomada de mind42.com

Introducción

 El presente blog pretende interpretar el papel de la investigación y el trabajo experimental como modelo de aprendizaje para la educación científica.

Para ello se realizará un pequeño análisis sobre los puntos más importantes que encierran esta temática; entre ellos, los principales beneficios que trae a un país fomentrar este aprendizaje, que sucede si no se fomenta, también se analizará si en nuestro país se da prioridad a la enseñanza científica, así como también la importancia de que esta tenga un carácter tanto experimental como investigativo.

A demás se prporcionarán una serie de videos con el fin de reforzar y enriquecer el material del blog.
Que les sea de su agrado y provecho para aumentar nuestros conocimientos como docentes. 
                          imagen tomada de ensvgomezmarquezdiezdos2014.blogspot.com 

Principales beneficios que obtiene un país al fomentar el aprendizaje de la ciencias experimentales.



Debido a que vivimos en un mundo globalizado, donde la ciencia y la tecnología es el pan de cada día, es necesaria y urgente una alfabetización científica que llegue a todas las personas, sin importar, cultura, etnia, raza o estatus social, es un derecho que no se le puede negar a nadie. Así se afirma, por ejemplo, en los National Science Education Standards, auspiciados por el National Research Council (1996), en cuya primera página podemos leer: “En un mundo repleto de productos de la indagación científica, la alfabetización científica se ha convertido en una necesidad para todos: todos necesitamos utilizar la información científica para realizar opciones que se plantean cada día; todos necesitamos ser capaces de implicarnos en discusiones públicas acerca de asuntos importantes que se relacionan con la ciencia y la tecnología; y todos merecemos compartir la emoción y la realización personal que puede producir la comprensión del mundo natural”.
 
Más recientemente, en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia para el siglo XXI, auspiciada por la UNESCO y el Consejo Internacional para la Ciencia, se declaraba: “Para que un país esté en condiciones de atender a las necesidades fundamentales de su población, la enseñanza de las ciencias y la tecnología es un imperativo estratégico. Como parte de esa educación científica y tecnológica, los estudiantes deberían aprender a resolver problemas concretos y a atender a las necesidades de la sociedad, utilizando sus competencias y conocimientos científicos y tecnológicos”. Y se añade: “Hoy más que nunca es necesario fomentar y difundir la alfabetización científica en todas las culturas y en todos los sectores de la sociedad, a fin de mejorar la participación de los ciudadanos en la adopción de decisiones relativas a la aplicación de los nuevos conocimientos” (Declaración de Budapest, 1999).
Por lo tanto, ya no es posible reservar la cultura científica y tecnológica a una elite. La sociedad ha tomado conciencia de la importancia de las ciencias y de su influencia en temas como la salud, los recursos alimenticios y energéticos, la conservación del medio ambiente, el transporte y los medios de comunicación, las condiciones que mejoran la calidad de vida del ser humano. Es necesario que amplios sectores de la población, sin distinciones, accedan al desafío y la satisfacción de entender el universo en que vivimos y que puedan imaginar y construir, colectivamente, los mundos posibles.
Es importante acceder a los conocimientos científicos por muchas y múltiples razones, pues como dice Claxton (1994) «importan en términos de la búsqueda de mejores maneras de explorar el potencial de la naturaleza, sin dañarla y sin ahogar al planeta. Importan en términos de la capacidad de la persona para introducirse en el mundo de la Ciencia por placer y diversión. Importan porque las personas necesitan sentir que tienen algún control sobre la selección y el mantenimiento de la tecnología que utilizan en sus vidas... e importan porque la Ciencia constituye una parte fundamental y en constante cambio de nuestra cultura y porque sin una comprensión de sus rudimentos nadie se puede considerar adecuadamente culto, como dijo C.P. Snow hace muchos años».
Así que, no solo se debe dar esta alfabetización científica como medio de desarrollo o crecimiento económico, puesto que la visión es más amplia, no se puede reducir únicamente a fines de lucro, por eso es importante que desde niños y adolescentes, tomen conciencia de la riqueza de las implicaciones e impactos que tienen las ciencias en la vida cotidiana. Por otro lado, la enseñanza de las ciencias favorece en niños y jóvenes el desarrollo de sus capacidades de observación, análisis, razonamiento, comunicación y abstracción; permite que piensen y elaboren su pensamiento de manera autónoma. Además, construyendo su cultura científica, ese niño-adolescente desarrolla su personalidad individual y social. El aporte de las Ciencias de la Naturaleza debería facilitar la aproximación de los alumnos a la realidad natural y contribuir a su mejor integración en el medio social.
La educación debe proponerse contribuir a la mejora de la vida social: dar a más gente en el mundo oportunidades para una vida mejor y salvaguardar estándares mínimos de bienestar social para todos; enseñar a tener una perspectiva global, y no solo local o nacional; ubicar, de hecho, el interés local y global por encima del interés regional o nacional (Lemke, 2006).
Entonces se pueden citar como los principales beneficios que trae fomentar en un país el aprendizaje de las ciencias experimentales, los siguientes:
·         Contribuye a madurar la vida práctica de los ciudadanos y la maduración del sistema democrático.
·         Nos hace ser mejores personas, ya que el conocimiento y el disfrute de conocer, nos enriquece y potencia lo mejor de cada uno. No se pude apreciar y amar lo que no se conoce.
·         Ayuda en el crecimiento y desarrollo científico y tecnológico del país, debido a que proporciona ciudadanos productivos, capaces de desempeñarse en multitud de labores que demanda esa sociedad.
·         Contribuye a mejorar la calidad de vida en vista de que se cuenta con mejores condiciones para el desarrollo de habilidades y destrezas que facilitan la incorporación a la ocupación en un oficio que sea remunerado, bajando índices de pobreza y delincuencia en un país.
·         También hay mejora en el campo de la salud, al existir el avance en el área  de la medicina y alimentación que contribuyen a gozar de una mejor calidad de vida, más sana y más saludable.
·         Contribuye a formar ciudadanos con más valores humanos, consientes de proteger y preservar la naturaleza, amantes del bienestar del planeta en general.
Debido al acelerado progreso de la ciencia y de la tecnología, hace que sea prioridad la capacitación y actualización en ciencia y tecnología de nosotros los educadores, para poder contribuir a la formación integral de los estudiantes, teniendo como eje el pensamiento científico y tecnológico, los valores y actitudes que lo acompañan. Éste es un compromiso que nos enriquece moralmente, puesto que somos los educadores quienes iniciamos la motivación y el interés de las nuevas generaciones por la ciencia y la tecnología, conduciéndolas hacia el conocimiento, y la transformación de nuestra sociedad y nuestro país. 
Les dejo este  vídeo que muestra los beneficios que traen el fomentar el aprendizaje de las ciencias experimentales para que exista la equidad entre los países.
En este enlace hay más información para enriquecer más este tema
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S018526982014000100019&script=sci_arttext

Problemas ocasionados al no fomentar una cultura Científica.



En la sociedad moderna, es innegable el papel trascendental que juegan la ciencia y la tecnología en la vida de las personas y por supuesto en la dinámica social, en las diversas facetas de la misma: el trabajo, la comunicación, el transporte, la alimentación, el entretenimiento y muchas otras. Es en esta “sociedad tecnológica” que surge el concepto de cultura científica, como una necesidad fundamental de las sociedades que aspiran a la vida democrática y una tarea que ha sido asignada a las instituciones educativas, particularmente, las de educación obligatoria.


Hasta hace pocas décadas, no se consideraba importante que la ciudadanía general se interesara en el desarrollo científico-tecnológico, pues se visualizaba como una actividad propia de algunas pocas personas cuya preparación universitaria los capacitaba para desenvolverse en la investigación y desarrollo técnico-científico-tecnológico. Hoy, con la alta penetración de las diferentes tecnologías en cada área de la vida cotidiana, esta perspectiva “exclusiva” es obsoleta y desde luego, se ha ido abandonando paulatinamente (López, 2009).

En definitiva, definir el concepto de cultura científica no es sencillo. Lo importante, sin embargo, no es definir este concepto, sino lograr relacionar la ciencia con la cultura, combatiendo una noción que tradicionalmente las desligaba. Al respecto, Castaño, Cuello, Gutiérrez, Rivero, Sampedro y Solís (2005) indican: 


La ciencia, tanto básica como aplicada, es cultura y forma parte de la cultura como un recurso importante en orden a satisfacer necesidades e intereses. Es un logro máximo y característico de la especie humana. Tiene una dimensión teórica, fruto de la capacidad constructiva del ser humano, y ha jugado un papel destacado en numerosos procesos generadores de cambios profundos. (p. 37)


Como se desprende del comentario anterior, la ciencia es cultura dado que es una creación humana, un conjunto de conocimientos y prácticas que se han transmitido de generación en generación y que, además, goza de una estimación general en función de sus múltiples beneficios al bienestar de la humanidad. Siendo más quis-quillosos, podríamos remitirnos a la definición de cultura que presenta el Diccionario de la Real Academia Española, que describe este concepto como el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época o grupo social, etc.” (Real Academia Española, 2015; el énfasis es añadido). 


Aun con todo lo anterior, Gutiérrez, Crespo y Martin-Díaz (en: Membiela, 2001) plantean un aspecto sobre el cual se debe reflexionar profundamente: 


Existe un problema real, que se traduce en que, para amplias capas de la sociedad, la ciencia se considera cada vez más alejada de lo que se entiende por cultura y nuestros alumnos cada vez muestran menos interés o tienen una imagen negativa de ella […]. (p. 24)


En definitiva, esto entorpece la formación, diseminación y permanencia de una cultura científica que permita tener una ciudadanía más informada, capaz de opinar, discutir y decidir sobre temáticas relativas al avance científico-tecnológico que están íntimamente relacionadas con su vivencia personal y comunitaria más cercana. Los mismos autores plantean que, en parte, se debe reconocer que la enseñanza de las ciencias en la actualidad no va dirigida a la formación de cultura científica general, sino de la transmisión de conocimientos técnicos en ocasiones muy específicos y muy ligados al manejo matemático de fórmulas y ecuaciones que para los jóvenes parecieran carecer de significancia afectiva, como lo plantearía Ausubel en su teoría del aprendizaje significativo (Gutiérrez, Crespo y Martin-Díaz, en: Membiela, 2001; Vargas, 1997).

Aquí es interesante el planteamiento de Jorge Padilla (2015), el cual presenta en el siguiente video:

De allí, por lo tanto, surgen una serie de problemáticas asociadas al pobre o nulo fomento que se da a la cultura científica en la educación obligatoria. En primer lugar, se tiene el aspecto más práctico de la cuestión. En una sociedad que cada vez ofrece una mayor cantidad de alternativas de servicios, bienes y productos, es difícil tener un juicio fundamentado que permita decidir por unos sobre otros. Con un a-cervo científico cultural pobre, estas decisiones son todavía más difíciles (Pérez, 2013). 

Ahora bien, y en la misma línea, esta pobre “cultura científica de los ciudadanos” plantea severos retos para una sociedad democrática. En la actualidad, son muy di-versos los temas que requieren de la atención de toda la ciudadanía y no de un conjunto selecto de ciudadanos que tomen las decisiones por los demás. Pense-mos, como ejemplos de la realidad nacional, en las discusiones que suscita la fertilización in vitro, el aborto y el uso de semillas transgénicas.

Otro aspecto práctico relacionado a la pobre cultura científica de la ciudadanía que plantea Pérez (2013) es el pánico que provoca la desinformación y el surgimiento y popularización de ciertas prácticas “científicas” que realmente carecen de funda-mento técnico y son utilizadas por las personas con descuido y en los casos más graves, con serios daños a la salud de las personas. Ejemplos de esto son la homeopatía (la más popular), aunque también hay otras medicinas alternativas que muchas veces son promovidas como “milagrosas”. Sin duda, esto supera los límites de la acción individual y compromete la salud pública y la atención en el servicio social de salud.

En un segundo lugar, también se puede mencionar las consecuencias macroeconó-micas del no fomento de una cultura científica a nivel nacional. En definitiva, el que los gobernantes y otros líderes sociales carezcan de una cultura científica que favorezca la toma de decisiones que favorezcan la innovación, la investigación y el desarrollo, mediante la promoción de espacios de investigación, creación de centros especializados y el otorgamiento de becas para el desarrollo de proyectos o para la formación de posgrado de mentes brillantes que posteriormente puedan aportar al país con su labor profesional. Con esto se quiere afirmar la relación estrecha que existe entre una fuerte cultura científica y la competitividad regional y nacional (Borjas y Burcio, 2006).

En conclusión, se tiene que la formación de una cultura científica en la población general, y no solo con una perspectiva “elitista” de la ciencia, es necesaria para la promoción de los valores democráticos que deseamos fomentar en el país, y además es un reto latente que aún no ha sido abordado de una manera clara e intencionadamente directa. Por lo tanto, es fundamental promover el debate al respecto y accionar en consecuencia mediante reformas pedagógicas y curriculares integrales que sean pertinentes, adecuadas y significativas.

Importancia de enseñar ciencias con caracter experimental e investigativo,

Como lo indica National Research Council refiriéndose a la indagación (citado en Garritz, A. 2006):
La indagación es una actividad multifacética que involucra hacer observaciones, hacer preguntas, examinar libros y otras fuentes de información para saber qué es lo que ya se sabe, planear investigaciones, revisar lo que se sabe en función de la evidencia experimental, utilizar herramientas para reunir, analizar e interpretar datos, proponer respuestas, explicaciones y predicciones, y comunicar los resultados. La indagación requiere la identificación de suposiciones, el empleo del razonamiento crítico y lógico y la consideración de explicaciones alternativas. (p.139)
imagen tomada de  redinformaticas1357.blogspot.com

De esta manera mediante el aprendizaje por  indagación los estudiantes se acercan realmente a lo que es el trabajo científico y comprenden en gran medida ese trabajo, desarrollando también el conocimiento y el entendimiento de los principales postulados de la ciencia en la actualidad, por tal razón es de vital importancia que el profesora de enseñanza de las ciencias, deban de presentar a la ciencia como un proceso de investigación y  que los estudiantes deben implementar esta técnica para apropiarse de los diferentes contenidos de esta área del saber humano (Garritz,2006).

 
                         imagen tomada de www.scoop.it

En este artículo presentado por el señor Andoni Agarritz, le permite a uno como futuro docente cambiar ese modelo pedagógico que se practica en la mayoría de los sistemas educativos latinoamericanos en el que se enseña ciencia de una manera aislada del mundo científico y los alumnos desarrollan ciertos prejuicios hacia la ciencia en general, por ejemplo: que solo personas súper dotadas hacen ciencia o que todo lo que tenga un fundamento científico es cierto o absoluto, el modelo basado en aprender mediante la indagación que se aplica en los sistemas educativos de los países desarrollados permite que los estudiantes entiendan como surge el conocimiento científico.

Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, (2005). ¿Qué visiones de la ciencia y la actividad científica tenemos y transmitimos?. En ¿Cómo promover el interés por la cultura científica: Una propuesta didáctica fundamentada para la educación científica de jóvenes de 15 a 18 años? (pp. 29 – 62). Santiago: Andros Impresores.

Como lo resalta Gil en relación con el cambio de modelo para enseñar ciencia (citado por la UNESCO, 2005):
Exige que el proceso de enseñanza/aprendizaje de las ciencias deje de estar basado en la transmisión por el profesor y libros de texto de conocimientos ya elaborados para su recepción/asimilación por los estudiantes. Partir de situaciones problemáticas abiertas, discutiendo su posible interés y relevancia, procediendo a aproximaciones cualitativas y a la construcción de soluciones tentativas, hipotéticas, destinadas a ser puestas a prueba y a integrarse, en su caso, en el cuerpo de conocimientos de que se parte, transformándolo, etc., supone actuar como científicos. Y ello, a su vez, exige un ambiente adecuado, en el que el profesor impulse y oriente esta actividad de los estudiantes, que de simples receptores pasan a jugar el papel de investigadores noveles, que cuentan con el apoyo del profesor como experto. (pág.54)

Este estudio realizado por la UNESCO resalta la importancia de generar un cambio de paradigma en el que el estudiante realmente aprenda ciencia, ya que se cuenta con un gran cuerpo teórico que respalda el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la investigación o indagación; es oportuno para mí como estudiante de la enseñanza de la ciencias naturales ir enriqueciéndome con este cuerpo teórico para poder tener las herramientas para poder aplicarlo de la mejor manera en mi salón de clases y logran motivar a los alumnos a que se incorporen en el mundo maravilloso de la ciencia; en nuestro sistema educativo predomina la clase magistral centrada en la pizarra y en muchas ocasiones los estudiantes no comprenden los conceptos expuestos y fracasan en su rendimiento escolar, convirtiéndose las asignaturas de ciencias en una de las principales causas de exclusión y deserción escolar.

Conclusión


A modo de conclusión, la sociedad actual está cada vez más ligada a la ciencia y la tecnología. La vida moderna requiere cada vez más de aportes tecnológicos, sustentados en las ciencias exactas y naturales. En efecto, toda actividad individual, familiar, regional o nacional se desarrolla vinculada a la tecnología: la vivienda, la alimentación, la salud, la provisión de energía, el saneamiento ambiental, la producción agropecuaria, la industria y las telecomunicaciones, la informática y todo tipo de servicios que demanda la sociedad contemporánea, son factibles gracias a los conocimientos generados en las ciencias básicas y aplicados por nuevas tecnologías. 
Es necesario, por lo tanto, formar a la actual generación en el marco de un nuevo paradigma en el cual la educación científica constituya uno de los ejes principales; pues solo ésta asegura que los futuros ciudadanos sean capaces de interpretar eventos naturales e insertarse en un mundo cada vez más tecnificado, y a la vez analizar los fenómenos sociales con objetividad y racionalidad.
 
 En el docente recae una gran responsabilidad ya que es un elemento medular en este proceso, pues tiene la obligación de que todos sus alumnos logren los propósitos educativos. La función del docente se concreta en un compromiso ético que sería el detonante de un conjunto de procesos de cambio, en congruencia con las demandas sociales y con las necesidades de los estudiantes. 

“No podemos enseñara nada a nadie. Tan sólo podemos ayudar a que descubran por si mismos”
Galileo Galilei

Se fomenta la investigación Científica en Costa Rica.

La investigación científica en Costa Rica se ha venido implementando en los últimos años y en  diferentes instituciones del estado ya sea públicas o privadas son las encargadas de llevarlo a cabo.
                                          foto de laboratorio del colegio científico de la UCR

Actualmente se hace necesario optar por una enseñanza de la ciencia más activa, la cual supere el concepto de ciencia solo como contenido (producto) y se haga más integral, proporcionando equilibrio entre los contenidos y la práctica.

 Se dice que la ciencia debe enseñarse y aprenderse no como un saber meramente operativo, sino como un todo racionalmente construido, inmerso en un contexto socio-histórico, tejido a partir de numerosas tramas interconectadas (Física, Química, Biología, Geología, entre otras).

La educación científica ocupa un lugar clave para mejorar la calidad de la vida y de la participación ciudadana. La ciencia y la tecnología deben responder, no sólo a las necesidades de la sociedad para posibilitar la mejora de las condiciones de vida de la mayoría de la población que vive en situaciones de pobreza extrema, sino que, los avances científicos deben ser bien utilizados por los ciudadanos y ciudadanas y para que esto sea posible deben conocerlos (Katzkowic y Salgado, 2006).

Es importante considerar que cuanto más enraizada esté la enseñanza de la ciencia en la problemática del país y se establezcan más conexiones con los problemas tecnológicos y las implicaciones sociales, más fácil resultará motivar a los alumnos para que descubran los conceptos científicos de avanzada en los acontecimientos diarios y existirán más posibilidades de que sean capaces de transferir lo aprendido en el aula a su vida cotidiana, con la observación de un desarrollo tecnológico que favorezca su calidad de vida.

 Para Vargas (2012), una creciente demanda en la aplicación de los conceptos científicos y la necesidad de que el país cuente con una mano de obra altamente calificado en la parte científica y tecnológica debe llevarnos a analizar, además de la situación de la educación científica en Costa Rica,  la importancia de la educación científica en la competitividad de un país.

 Nuestro sistema educativo no se ha preocupado por hacer una inversión sostenible que estimule a aquellos estudiantes que destacan y muestran motivación y talento en el área de ciencias; una excepción notable la constituye la creación de los Colegios Científicos Costarricenses (CCC).

 La finalidad de los colegios científicos es la formación integral de sus estudiantes, considerando los más altos valores costarricenses en el marco de un proceso educativo centrado en la adquisición de conocimientos sólidos y habilidades en los fundamentos de las matemáticas, la física, la química, la biología y la informática.

 Los CCC son instituciones de educación que conducen al bachillerato en enseñanza media, pero, al mismo tiempo, son considerados instituciones para-universitarias, que trabajan con dos niveles de enseñanza: décimo y undécimo año, con un solo grupo de cada nivel y un máximo de 30 estudiantes por aula (Roldán, 2006).

 Para Macaya y Cruz (2006), aun cuando la población estudiantil que asiste a estos colegios representa un porcentaje menor del 1% del total de la población de estudiantes del país; estos jóvenes tienen un buen nivel académico y buena parte de ellos entra a la universidad con un objetivo definido hacia las ciencias.

 Roldán, (2004) menciona que los alumnos tienen más posibilidades de aplicar en su vida cotidiana lo aprendido en el aula y descubrir el importante papel que la ciencia y la tecnología tienen en los acontecimientos diarios, mientras más fuerte resulte ser el vínculo que se establezca entre la enseñanza de la ciencia y la problemática del país.

 En Costa Rica, el sector académico, y en especial las universidades públicas (UCR, UNA, TEC),  son las que más invierten en investigación científica. La UCR es la más grande y antigua de las universidades estatales del país y destaca como la institución que realiza el porcentaje más alto de la investigación en el ámbito nacional en todas las áreas del conocimiento: Ingeniería, Ciencias, Ciencias Sociales, Salud, Ciencias Agroalimentarias, Artes y Letras.

 Desde sus inicios esta institución estableció la investigación como uno de los pilares fundamentales. Además de la docencia y la acción social, por medio de los cuales hace su aporte más significativo al desarrollo del país en formación de recursos, generación y transferencia de conocimientos para la solución de problemas, la innovación y el emprendimiento.

 La UCR, por medio de sus programas, proyectos, centros, institutos, estaciones experimentales, laboratorios especiales, fincas y otras áreas protegidas, desarrolla tanto investigación científica básica como aplicada. Destina una importante porción de su presupuesto en la construcción y equipamiento de la infraestructura necesaria para realizar una investigación de calidad y excelencia, empleando las técnicas y metodologías más modernas.

Además, con el objetivo de seguir aportando al país, se creó la Agencia Universitaria para la Gestión del Emprendimiento (Auge), la cual se ha convertido en la incubadora y aceleradora más grande del país, con el objetivo de apoyar ideas de negocio de los estudiantes, profesores, investigadores, egresados, etc.

El Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas conocido por las siglas CONICIT es una institución autónoma de la República de Costa Rica que fomenta y promueve la investigación en sus distintas áreas del quehacer científico y tecnológico. Además, administra los fondos que se realizan proyectos de investigación en distintas áreas como biología, química, física, matemática, entre otras.

Según Roldán (2006) países como Costa Rica enfrentan una decadencia en la capacidad de desarrollo humano al no saber cómo planificar y producir con criterios ambientales, sociales y económicos mientras que otros con condiciones similares han obtenido resultados muy positivos, por ello queda patente la necesidad de crear una estrategia integral en todo el proceso de enseñanza y aprendizaje de las ciencias, desde la educación formal hasta la universitaria.

Es un hecho de que el Gobierno de Costa Rica y el Ministerio de Educación, (MEP), reflexione porque es importante la educación científica, sino abarcar esa formación a todo lo largo del territorio nacional, ya que en diferentes partes del país es una realidad que algunas instituciones públicas no tienen esos recursos o instrumentos que necesitan los jóvenes, para ofrecerles una mejor educación.

Es importante recalcar que Costa Rica, es uno de los países de Centroamérica, que cuenta con muchas mejoras al sistema educativo, sin embargo, dicho sistema presenta una serie de deficiencias y entre ellas está el poco tiempo y recurso económico que se invierte para fomentar la investigación científica. Debemos entender la investigación científica como la encargada de producir conocimiento científico, que se caracteriza por ser sistemático, ordenado, metódico, racional, reflexivo,  y crítico, ya que la población que está enfocada hacia la educación e investigación científica es un porcentaje bajo, solamente se toma en cuenta a los colegios científicos costarricenses, y los colegios académicos  y técnicos del área metropolitano y de las  zonas regionales que pasa con esta población. Su desarrollo y aprendizaje en la educación científica no es la misma.

Esto indica  una situación  crítica en la que se encuentra nuestro país, pues no se fomenta la educación científica, al contrario el sistema educativo sigue una tendencia tradicional, escolástica, limitando las capacidades  de los estudiantes y reduciendo el interés por fomentar el pensamiento crítico.

Existen diversas políticas del gobierno para incorporar la investigación científica al currículo de cada institución educativa nacional, esto se refleja en los programas anuales nacionales. Sin embargo, hay una gran brecha entre lo que está escrito en un papel oficial, y lo que se pone en práctica en las aulas.

Solamente nosotros los Educadores en el campo de la Ciencias, podemos marcar esa brecha, motivando a los chicos de la importancia que tiene la Educación Científica, y porque es tan importante en nuestra vida cotidiana, y en el fututo tener una mejor educación personal y profesional.

Les dejo un video sobre la feria científica en Costa Rica